Piaget proponía tres formas que
tenían los niños para adaptarse a la realidad: asimilación, acomodación y
equilibración.
- Asimilación: el niño se adapta
a su entorno externo y recibe experiencias de éste. Va encajando sus
conocimientos anteriores con los presentes. Recoge conocimiento.
- Acomodación: para dar cabida a
las experiencias externas, el niño modifica su estructura interna de
pensamiento u organización cognitiva como respuesta al cambio externo.
- Equilibración: como su nombre
indica equilibra las dos anteriores. Hasta que no ha acomodado
correctamente lo asimilado antes, no inicia el proceso de asimilación de
nuevo. Es como una máquina de procesar, no ingiere nada, sin haberlo
procesado antes. Este proceso de aprendizaje lo va realizando en
iteraciones.
Conociendo estas tres formas,
podremos entender por qué se dividen así las etapas infantiles y cómo el niño
va pasando de una etapa a otra, asimilando, acomodando y equilibrando y vuelta
a empezar.
En este sentido son
fundamentales sus conceptos de esquema, adaptación y organización,
que rigen el proceso de adquisición de conocimientos en todos los estadios y
resultan de la necesidad de todo individuo de comprender el mundo que le rodea.
Las nuevas experiencias o informaciones recibidas obligan a adaptar los esquemas de conocimiento previos: tal adaptación,
que se divide en los subprocesos de asimilación de informaciones y acomodación de las mismas a los esquemas o
estructuras cognitivas previas, desemboca en el aprendizaje. Y, en
consecuencia, la organización o proceso de categorización y sistematización de los conocimientos
(de hecho, la reorganización) es constante.
Jean
Piaget ocupa uno de los lugares más relevantes de la psicología contemporánea
y, sin lugar a dudas, el más destacado en el campo de la psicología infantil
No hay comentarios:
Publicar un comentario